El fracaso en principio se podría considerar como algo negativo, puesto que lo que prevalece actualmente es el éxito. Pero hemos de tener en cuenta que nadie es perfecto y que no todos estamos en condiciones de alcanzar los objetivos que nos habíamos forjado, probablemente por carecer de las cualidades necesarias o porque no basta con tener buena voluntad. Aquí es donde el fracaso se puede convertir en algo positivo, y ello será posible cuando hayamos reconocido que no todo depende de nosotros, sino que también el alma tiene mucho que ver con todo ello. Por eso, cuando hayamos admitido que "el hombre propone y Dios dispone" como dice el refrán popular, sólo entonces seremos capaces de asimilar y aceptar la voluntad divina.
Algunas personas se deprimen y autoaniquilan cuando han obtenido algún fracaso, ya sea de carácter profesional, sentimental o social y, en cambio, a otras las lleva a la cumbre. Preguntaréis ¿Y cómo se consigue esto? Pues... gracias a la fe y a la esperanza, que son quienes dan la energía para transformar la frustración y el vacío en riqueza y plenitud. Por tanto, he aquí la explicación de como el fracaso se puede transformar en éxito instantáneamente.

A veces nos preguntamos por qué algunas personas que aparentemente han fracasado en la vida, se consideran felices y plenamente realizadas (como es el caso de ciertos vagabundos, pobres, minusválidos, encarcelados y un largo etcétera) sin entender que la libertad personal-interior y la felicidad es algo más que poseer bienes o tener un buen empleo, que es mucho más que estar libre exteriormente y tener un cuerpo sano. Precisamente nuestra equivocación radica en creer que uno se siente realizado y liberado cuando ha obtenido infinidad de riquezas materiales o ha alcanzado la meta que se había propuesto. Pero yo me pregunto: ¿Por qué hay entonces tanta gente que teniendo todos eso, se siente fracasada y desgraciada?. Pienso que sólo hay una respuesta, que es la siguiente: el ser humano busca incesantemente nuevas emociones con el propósito de ser más feliz, pero al no hallarlas en todas las "maravillas" que la vida le ofrece, descubre (aún considerándose realizado profesional o económicamente) que como persona ha fracasado y esto le hace sentirse desgraciado e insatisfecho.

En definitiva, el fracaso ayuda a algunos a realizarse personal e interiormente y ello se consigue a través de la búsqueda de uno mismo; o dicho más espiritualmente, mediante la liberación interior. Por tanto, el fracaso se puede transformar en éxito si sabemos entenderlo y aceptarlo. Esto será lo que llevará a los "fracasados" a ser la admiración de los "exitosos".
A aquellos que piensen negativamente, les debo hacer las siguientes preguntas: ¿Cómo seríamos los humanos, si todo fuera fácil y hermoso en nuestra vida?. ¿En qué nos acabaríamos convirtiendo?
Pues... seríamos sumamente egoístas y vanidosos; y nos acabaríamos convirtiendo en seres monstruosos. |