El mundo occidental está aletargado. Despertar del sueño que envuelve a los habitantes del mundo "civilizado", es una de las hazañas más difíciles de llevar a cabo, pero también la única que puede hacer al hombre vivir la realidad.

Se habla constantemente de libertad, pero la auténtica libertad es encontrarse día a día con uno mismo, con el propósito de ir descubriendo esas limitaciones, defectos y virtudes que todo ser humano tiene en su interior. De esta forma, se podrán subsanar las negatividades, aceptar las incapacidades, y desarrollar las cualidades y valores que cada cual posea.
El verdadero concepto de vivir despierto es saber luchar contra sí mismo, puesto que no se puede pretender luchar contra los agentes exteriores, sin antes conocer esos deseos, inquietudes, temores, e insatisfacciones que pueblan el interior humano.

Mientras la persona no sepa lo que quiere, tampoco podrá conocer el camino que la mantendrá despierta toda su vida y que, asimismo, la transportará hacia la libertad de ser ella misma. Esta puede ser una forma de alcanzar el paraíso.
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