Israel

Desde niña deseé viajar al país bíblico por excelencia y el día que al fin pisé suelo israelí pude percibir la esencia de un lugar donde la historia y la religión entonan al unísono un cántico de alabanza al cosmos.

Un lugar donde creyentes de varias religiones y no creyentes se quedan fascinados ante los vestigios históricos de diferentes estilos y épocas que caracterizan a tan significativo lugar que alguien denominó "Tierra Santa" con razón. Jerusalén, Belén o el área del Mar Muerto así lo demuestran.



Jerusalén

Israel y, sobre todo, Jerusalén invade los sentidos hasta del ser más fementido puesto que, desde el Santo Sepulcro compartido por cristianos ortodoxos griegos, armenios, coptos, etíopes y sirios, así como católicos, pasando por el Muro de las Lamentaciones venerado por los judíos, hasta la Cúpula de la Roca de los musulmanes, no dejan a nadie indiferente.

Por otra parte, subir al Monte de los Olivos a pie es una experiencia inolvidable a pesar del gran esfuerzo realizado puesto que los últimos metros la pendiente es bastante pronunciada, pero merece la pena teniendo en cuenta las magníficas vistas observadas tanto por el camino como desde la cima. Y adentrase en el Huerto de Getsemaní, con la Basílica de Todas las Naciones o de la Agonía dominando el lugar, no es para menos. Tras ella, se alza la iglesia ortodoxa rusa de Santa María Magdalena con sus cúpulas doradas con forma de cebolla.

También el Monte Sión, donde se cree que está la tumba del rey David y el Cenáculo, merece un visita. Desde allí, se divisa el muro que separa Israel de Palestina.

Asimismo, es recomendable e
l Museo de Israel, donde se muestra una maqueta del Jerusalén contemporáneo del rey Herodes, aparte de artefactos y curiosidades de diferentes épocas, así como el Santuario del Libro donde se encuentran los Manuscritos del Mar Muerto.

En definitiva, Jerusalén es un cúmulo de culturas donde la religión juega un papel preponderante tanto entre lugareños como entre visitantes de las tres grandes religiones monoteístas: judía, cristiana y musulmana, pero también es un lugar repleto de historia y de vestigios arqueológicos para todos los gustos. 
































































 






















































































































































Belén

A nueve kilómetros al sur de Jerusalén, concretamente en Cisjordania, se encuentra Belén que, como lugar de nacimiento de Jesucristo según las Escrituras, es uno de los parajes más visitados por cristianos del mundo entero, pero también pertenece a Palestina y, como curiosidad, la mitad de sus habitantes son árabes cristianos ortodoxos, circunstancia cuando menos chocante para el mundo occidental. En la Plaza del Pesebre se halla la Basílica de la Natividad, cuya puerta de entrada es minúscula para impedir que, en tiempos pretéritos, los denominados "infieles" entrasen a caballo profanando el lugar. En el subsuelo del edificio se encuentran una serie de cuevas donde, desde el siglo IV, la madre del Emperador Constantino I el Grande, la futura Santa Elena, creyó haber encontrado el sitio del nacimiento de Jesús (una estrella en el suelo marca el lugar). A escasos kilómetros se encuentra el Campo de los Pastores, donde hay una iglesia custodiada por los Padres Franciscanos o "Capuchinos". 

Belén, según el Antiguo Testamento, es la cuna y lugar de entronización del rey David. Por ello, para los judíos también es un lugar santo.

Y para finalizar, destacar que la zona del Mar Muerto, a cuatrocientos metros por debajo del nivel del mar, merece más de una visita, no sólo por el paisaje inhóspito y yermo que aparece ante los ojos del lugar más bajo del planeta, sino por la sensación de estar descendiendo por una montaña rusa al ir en vehículo por la carretera.













































































































































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