Viajar a Egipto es una experiencia fascinante, porque el país de los faraones guarda en su interior magníficas joyas arqueológicas cargadas de historia y de misterio que hacen de él un lugar extraordinario a pesar del paso del tiempo.

Comenzar el viaje por el sur, aparte de ofrecernos milenarios monumentos, nos adentrará en la antigua Nubia para mostrarnos sus aromas y colores africanos, así como la sencillez y calidez de sus habitantes.
Luxor
Al anochecer, el templo de Luxor hipnotiza con sus luces y sombras.
















Karnak
El templo de Karnak impresiona por su magnitud.










































Medinet Habu
En Medinet Habu, enfrente de Tebas (la actual Luxor), se encuentra el Templo Funerario de Ramsés III, el cual pertenece al Imperio Nuevo (entre 1.500 y 1.070 a. C.) y que aún conserva parte de la pintura original. Cerca, se encuentran los "Colosos de Memnón", que representan a Amenhotep III y que presidían la entrada del Templo dedicado a dicho faraón. Y contrastando con tanta majestuosidad faraónica, el Egipto rural actual nos deja la vida cotidiana.










































Edfu
Edfu, el templo dedicado al dios halcón Horus-Apolo, es uno de los mejor conservados de Egipto, quizá por haber sido construido durante el periodo helenístico (siglo I a. C.). Al fondo del mismo, se ve la "Sala de la Barca Sagrada".































Kom Ombo
En Kom Ombo se alza un templo doble dedicado a los dioses Haroeris y Sobek. La mitad norte del templo estaba dedicada a Haroeris que significa "Horus el Viejo" y la mitad sur al dios cocodrilo Sobek, que era el dios de la ferttilidad y creador del mundo.


















Aswan
En Aswan (la antigua Sienne) se puede ver el "obelisco inacabado" en una cantera de granito rosa.También la famosa presa de Aswan es un reclamo, así como algunos pueblos nubios, el Templo de Khnoum y el Mausoleo del Aga Khan. Y remontar el Nilo a bordo de una típica faluca es una experiencia inolvidable.


































Abu Simbel
Los templos de Abu Simbel, dedicados a Ramsés II y a su esposa Nefertari, fueron excavados en la roca para alzarse imponentes en pleno desierto nubio. Debido a su traslado con motivo de la construcción de la presa de Assuán, actualmente se encuentran a escasos kilómetros de Sudán.










Giza
En el Norte de Egipto, las pirámides y la Esfinge se alzan imponentes en la meseta de Giza, para recordar al viajero el esplendor y la majestuosidad de tiempos pretéritos.



































El Cairo
El Cairo significa "la victoriosa" y es llamada "la madre del mundo"; ello le confiere a dicha ciudad, a pesar de su tráfico caótico y su gran tamaño, una idiosincrasia significativa puesto que en ella se fusionan los olores, sabores y colores de Oriente y Occidente; dos mundos opuestos que se complementan en tan magnífica urbe africana.





















Saqqara
En Saqqara se encuentra la pirámide escalonada del rey Zóser, diseñada por el polifacético Imhotep.







Menfis
Menfis fue la primera capital del antiguo Egipto y entre sus vestigios destacan la esfinge de alabastro y una estatua colosal de Ramsés II.












Dashur
En Dashur, en terrenos de una base militar en pleno desierto occidental, se hallan dos enigmáticas pirámides: la llamada pirámide "roja", que en la antigüedad era denominada "brillante" y la pirámide acodada.















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