La capital de la República Checa y de la región de Bohemia es, asimismo, la ciudad del escritor Frank Kafka, la cual se asemeja a un lugar de cuento que te transportará a la Edad Media europea. Su Puente Carlos sobre el río Moldava, el Reloj Astronómico, el barrio judío y sus callejuelas así lo atestiguan varios siglos después. Aparte del Museo dedicado a Frank Kafka, se puede visitar el Museo Kepler, donde vivió el astrónomo alemán durante cinco años. Su Castillo del siglo IX, es el más grande de Europa y engloba el Antiguo Palacio Real, la Catedral gótica de San Vito, diversas Torres Monumentales, la Basílica y Convento de San Jorge y el Callejón del Oro y, por lo tanto, también es digno de una visita. Y si se desea llevar un recuerdo repleto de modernidad de Praga, "la Casa Danzante" es un exponente del deconstructivismo de los años noventa del siglo XX.

 

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